Por qué escribo 2.
El presente es uno más de los variados ecos suscitados a raíz del artículo de Orsai, y el de Roberto. No debiera extrañar esta reacción, este notorio interés. Mal que mal, a toda la comunidad bloggera le pica este mismo bichito.
La mayoría coincidía en un consejo sencillo, pero difícil de seguir a la vez: escribe, y no te lo guardes.
Me considero dentro de quienes por temor a no ser lo suficientemente buenos, o dignos de ser leídos, ocultan lo escrito o sencillamente abandonan. Después de una década sin escribir ficción (jamás podré escribir algo que supere a los escritores que leo, pensé) volví a intentarlo, debido a tareas que me encomendaban en un taller. Y no salí muy bien parada, pero lo hice igual. Este año mandé un cuento al Santiago en 100 palabras; no saqué ni una mención honrosa, pero lo hice igual. Tal vez escribir ficción no sea lo mío... ¿y?
Ello no quita que continúe intentándolo, y pese a todo el tiempo que estuve sin animarme a escribir cuentos, no pude (y no puedo) dejar de escribir: ya fuese mi diario de vida, artículos para boletines de escasa circulación, cartas, tarjetas, atisbos de ensayos, este blog...
¿Por qué escribo? Porque no puedo dejarlo, vicio maldito y liberador, porque (lo admito) me gusta ver mi nombre al pie de un párrafo, porque así me comunico, porque así las ideas y sentimientos fluyen con una facilidad que no encuentro en otra forma de expresión, y porque tengo el sueño de dejar alguna huella.
La mayoría coincidía en un consejo sencillo, pero difícil de seguir a la vez: escribe, y no te lo guardes.
Me considero dentro de quienes por temor a no ser lo suficientemente buenos, o dignos de ser leídos, ocultan lo escrito o sencillamente abandonan. Después de una década sin escribir ficción (jamás podré escribir algo que supere a los escritores que leo, pensé) volví a intentarlo, debido a tareas que me encomendaban en un taller. Y no salí muy bien parada, pero lo hice igual. Este año mandé un cuento al Santiago en 100 palabras; no saqué ni una mención honrosa, pero lo hice igual. Tal vez escribir ficción no sea lo mío... ¿y?
Ello no quita que continúe intentándolo, y pese a todo el tiempo que estuve sin animarme a escribir cuentos, no pude (y no puedo) dejar de escribir: ya fuese mi diario de vida, artículos para boletines de escasa circulación, cartas, tarjetas, atisbos de ensayos, este blog...
¿Por qué escribo? Porque no puedo dejarlo, vicio maldito y liberador, porque (lo admito) me gusta ver mi nombre al pie de un párrafo, porque así me comunico, porque así las ideas y sentimientos fluyen con una facilidad que no encuentro en otra forma de expresión, y porque tengo el sueño de dejar alguna huella.
9 comentarios
Roberto -
Ya estás en el camino, así que junta energía y trota, que es lo mismo que decir escribe.
AM -
AM -
Nadia -
C. y konus: gracias por su comment.
C: yo me mareo un poco en la feria del libro, por lo q tú decías; este año no pude ir (snif)
carlota -
Y no te preocupi, me acuerdo perfectamente de lo que hablamos en el café en enero, las cosas cambian. si no fue así este año sera el otro porque me dí cuenta de muchas cosas que no me volveran a pasar. tranqui, tranqui. pasaré de curso que es lo importante, si son problemillas pequeños que no hay que darles relevancia. y igual en la vida yo estudiaré lo que quiera. ok?
AM -
konus -
Besos!
C. -
cariños
C.
dickwolf -