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letraspinceladas

Qué fantástica es la fiesta.

El viernes en la noche se conjugaron ciertos astros para que yo, siendo una persona muy poco dada a las fiestas en sentido convencional (o sea, en un local, com música a todo volumen y rodeada de gente cuya consigna es "tomar hasta que duela"... digo, en un porcentaje no despreciable) fuera a la fiesta aniversario de Radio Tiempo. Factores: invitación gratis, relativamente cerca de mi casa, llegada anticipada de mi novio del sur, y disposición de su parte para ir (porque él SI que es poco dado a concurrir eventos masivos, prácticamente de todo tipo). Bueno, el caso es que siempre me ha extrañado que habiendo música y todo, nadie baile porque es muy temprano (12 de la noche) o un animador no da la partida; que gente de ambos sexos vaya vestida y en actitud de cacería, los precios altos de los tragos (y en los bares al costo, la auténtica compulsión de beber de personas que sin trago no son capaces de pasarlo bien... y ojo, que contra el consumo moderado de alcohol no tengo nada en contra), las movidas de productores que invitan a ciertas niñas a la vedada "zona VIP"... etc.
La gracia para mí fue ver al mítico Rodolfo Roth ("Magnetoscopio Musical"... imagínense la apertura musical del programa quienes lo vieron) ícono para más de una generación; a mí por edad me correspondería "Sábado Taquilla", pero por alguna razón me ha quedado más grabado el programa de Roth. Y, lo que interesaba a mi novio, y que a mí también me agradó ver, fue el breve show de un grupo australiano que interpretaba canciones de Los Bee Gees. Toda esa jornada nocturna coronada por una esplendorosa luna llena. Y no more party para mí hasta Año Nuevo.

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