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letraspinceladas

Viene el cuco...

Al juzgado donde trabajo arribará una suerte de fiscalizadora, que revisará más o menos exhaustivamente el grado de eficiencia del tribunal. Como es de esperar, el solo anuncio de su visita puso de cabeza a todo el mundo para afrontar con cierta dignidad esta evaluación. A ver cómo resulta todo...
Seguiré en dicha pega un tiempo más, lo que me hace reiterar: tengo menos tiempo para visitar blogs!! Por otro lado, casi no tengo vida fuera del trabajo, lo que no es bueno. Espero que sólo sea el normal período de adaptación...
El cuco de la fiscalizadora sólo es un tema puntual, y no me afecta tanto... pero alguna vez, hace muchos años, temí a la oscuridad, a la lluvia y al viento cuando arreciaban tan fuerte que parecía que la casa se vendría abajo. Pero mi cuco, mi mayor temor, es sufrir... me refiero al dolor físico. ¿Cobardía? no lo sé...
Y: ¿cuál es vuestro cuco, viejo del saco, temor recurrente, etc.?

4 comentarios

Maga -

Mi cuco...ummm... tengo demasiados...a la oscuridad...a quedarme solita... a no cumplir mis sueños de infancia... a tener un corazón de piedra...A quedar disconforme con las huellas de mi camino. A perder la Fe misteriosa que me impulsa y me lleva a pensar que cada día supera al siguiente.

Roberto -

Mis cucos deben ser varios y cambian con el tiempo, no quiero estar solo, soy pegote y carente. No quiero dejar de pensar creativamente o me quedo sin clientes, me asusta un poco una vejez solitaria, un poco, pero igual. Me asusta depender de otros para todo, no quiero que eso llegue. Me asusta perder mis capacidades. Me asusta ser tan bueno para hablar, pero es es por mi condición (you know, comunicador precoz) y me asusta llenarte el espacio de comentarios. Definitivamente no le tendría susto a la bruja, las fiscalizaciones pasan cuando está todo medianamente bien...

Cariños sin susto.

petra -

Uy, le tengo miedo a la oscuridad... pero ya lo estoy venciendo, de a poco (espero).
Cariños y suerte con la brujita fiscalizadora, no le aceptes nunguna manzana.
P.

konus -

A ser despreciado (como fue una vez) por aquella a la cual ame.