Del Escribir y de Don Armando Uribe.
Una de las cosas que siempre he querido hacer, pero para la cual me han faltado cojones (figurativamente hablando, se entiende) es escribir. A ver... ¿no escribí un par de cuentos en mi infancia? sí. ¿No llevo Diario de Vida desde los 9 años? sí. ¿No he escrito artículos para boletines de escasa circulación? pues sí. ¿Acaso no escribo en este blog hace más de un mes? también. Well, me refiero a escribir un cuento "redondito", o un artículo en una publicación que lean más de 30 personas.
Por eso, después de todo, y después de varios años, me animé a mandar algo al concurso "Santiago en 100 palabras"; para el concurso de cuentos de la Revista Paula no sé si alcance, pero lo intentaré. La clave es vencer el miedo, y en eso estoy.
Quien hace rato superó ya ese miedo, pese a que extraños motivos lo hicieron conservar sus escritos por años guardados en un cajón, o en varios cajones, es Armando Uribe. Aunque aún no he leído nada de él, sé que su obra ha sido más prolífica en verso que en prosa ( yo comulgo más con la narrativa), he leído varias entrevistas que le han realizado, y espero leer el libro dedicado a su fallecida esposa y "Diario Enamorado" (creo que ése es el título).
De larga y vampiresca estampa, de hablar modulado y propenso a la exaltación, lo conocí en las aulas de la nunca bien ponderada Facultad (o fuck-ultad) de Derecho de la U.de Chile, como profesor de Derecho Minero. Era de los profes que pasaban 10 minutos de materia y luego comentaba diversos temas de su interés, generalmente políticos. En suma, Minero aprendí muy poco, pero me entretenía enormemente verlo y escucharlo hablar, prendiendo un cigarrillo tras otro (solía preguntar si a alguien le molestaba que fumara... pero, ¿habría sacado algo alguien diciéndole que sí?)
Dejó de hacer clases 1 mes o un poco más antes del término del año, indignado porque a los profesores ad-honorem como él planeaban someterlos a evaluación... opinión discutible, pero respetable.
Desde este sitio, un brindis por el Premio Nacional de Literatura obtenido por don Armando, quien según sus palabras, ya se está preparando a "bien morir", y deja un legado en su escritura que sin duda trascenderá.
Por eso, después de todo, y después de varios años, me animé a mandar algo al concurso "Santiago en 100 palabras"; para el concurso de cuentos de la Revista Paula no sé si alcance, pero lo intentaré. La clave es vencer el miedo, y en eso estoy.
Quien hace rato superó ya ese miedo, pese a que extraños motivos lo hicieron conservar sus escritos por años guardados en un cajón, o en varios cajones, es Armando Uribe. Aunque aún no he leído nada de él, sé que su obra ha sido más prolífica en verso que en prosa ( yo comulgo más con la narrativa), he leído varias entrevistas que le han realizado, y espero leer el libro dedicado a su fallecida esposa y "Diario Enamorado" (creo que ése es el título).
De larga y vampiresca estampa, de hablar modulado y propenso a la exaltación, lo conocí en las aulas de la nunca bien ponderada Facultad (o fuck-ultad) de Derecho de la U.de Chile, como profesor de Derecho Minero. Era de los profes que pasaban 10 minutos de materia y luego comentaba diversos temas de su interés, generalmente políticos. En suma, Minero aprendí muy poco, pero me entretenía enormemente verlo y escucharlo hablar, prendiendo un cigarrillo tras otro (solía preguntar si a alguien le molestaba que fumara... pero, ¿habría sacado algo alguien diciéndole que sí?)
Dejó de hacer clases 1 mes o un poco más antes del término del año, indignado porque a los profesores ad-honorem como él planeaban someterlos a evaluación... opinión discutible, pero respetable.
Desde este sitio, un brindis por el Premio Nacional de Literatura obtenido por don Armando, quien según sus palabras, ya se está preparando a "bien morir", y deja un legado en su escritura que sin duda trascenderá.
3 comentarios
Marcos Navarro Vargas (Navarro por su puesto) -
GuiLLe -
konus -